Tumores cerebrales

  • trabajadores sociales y psicólogos pediátricos
  • Estos expertos escogerán la terapia del niño con mucho cuidado. Uno de los aspectos más difíciles del tratamiento de los tumores cerebrales es encontrar un tratamiento que sea efectivo y permita curar al niño pero sin causar efectos secundarios inaceptables.

    Cirugía

    Los neurocirujanos pediátricos están teniendo más éxito que nunca en ayudar a curar a niños con tumores cerebrales., Esto se debe, en parte, a las nuevas tecnologías de los quirófanos y, en parte, a que un enfoque quirúrgico agresivo en el momento del diagnóstico puede incrementar enormemente las probabilidades de curación.

    Los neurocirujanos pueden usar dispositivos estereotácticos, que ayudan a marcar los tumores con imágenes 3D del cerebro durante la cirugía. También son más comunes las cirugías en etapas. Esto significa que, en lugar de intentar extirpar un tumor grande de golpe, los cirujanos extirpan solo una parte del tumor en el momento del diagnóstico., A continuación, el paciente recibe quimioterapia o radioterapia para achicar el tumor. Después, el cirujano realiza una segunda operación o incluso una tercera para intentar extirpar el resto del tumor.

    Después de la cirugía, algunos pacientes tal vez no necesiten más tratamiento que una observación (controles periódicos y estudios por imágenes para estar atentos a la aparición de problemas). Muchos, sin embargo, necesitarán radioterapia, quimioterapia o una combinación de ambas terapias.,

    Radioterapia

    La radioterapia (el uso de luz de energía elevada para matar a las células que se están multiplicando rápidamente) es muy eficaz en el tratamiento de muchos tumores cerebrales pediátricos. Sin embargo, como el cerebro en desarrollo de los niños menores de 10 años (y en especial de los menores de 5 años) es muy sensible a sus efectos, la radioterapia puede tener consecuencias graves a largo plazo., Entre ellas se encuentran las convulsiones, los accidentes cerebrovasculares, los retrasos del desarrollo, los problemas de aprendizaje, los problemas de crecimiento y los problemas hormonales.

    Los métodos de administración de radioterapia han cambiado de manera significativa en las últimas décadas. Las nuevas tecnologías asistidas por computadora les permiten a los médicos construir campos de radiación 3D que atacan de manera precisa el tejido tumoral y evitan las lesiones en estructuras importantes del cerebro, como los centros de la audición.,

    Quimioterapia

    La quimioterapia (o quimio) es el uso de drogas para matar a las células de cáncer. Con frecuencia, se administra a través de un catéter intravenoso especial de larga duración, que recibe el nombre de vía central, y es probable que requiera hospitalizaciones frecuentes.

    La quimioterapia se utiliza de forma rutinaria para los tumores del cerebro en los niños y tiene resultados positivos., Si bien la quimioterapia tiene muchos efectos secundarios a corto plazo (como fatiga, náuseas, vómitos y caída del cabello), tiene menos efectos secundarios a largo plazo que la radioterapia. De hecho, muchos niños con tumores cerebrales reciben tratamiento con quimioterapia para retrasar o evitar la radioterapia.

    Secuelas del tratamiento

    Las secuelas son problemas que los pacientes pueden desarrollar tras concluir el tratamiento contra el cáncer., En el caso de los sobrevivientes de tumores cerebrales pediátricos, las secuelas pueden incluir retrasos cognitivos (problemas con el aprendizaje y el pensamiento), convulsiones, problemas de crecimiento, deficiencias hormonales, problemas en la vista y la audición, y la posibilidad de desarrollar otro cáncer, incluido un segundo tumor cerebral.

    Como estos problemas a veces no se presentan hasta después de años del tratamiento, es necesario el seguimiento médico y la observación minuciosa.,

    En algunos casos, los efectos a corto plazo pueden mejorar con la ayuda de terapia del habla y pueden continuar mejorando a medida que el cerebro se cura.

    En otros casos, los niños pueden tener efectos secundarios más duraderos, como trastornos del aprendizaje; problemas médicos como la diabetes, el retraso del crecimiento o la pubertad tardía o temprana; discapacidades físicas relacionadas con el movimiento, el habla o la deglución, y problemas emocionales relacionados con el estrés del diagnóstico y el tratamiento., Algunos de estos problemas pueden agravarse con el paso del tiempo.

    Esté atento a las posibles secuelas físicas y psicológicas, en especial cuando su hijo retome la escuela, las actividades y las amistades. Hable con los maestros acerca del modo en que el tratamiento afectó a su hijo y converse sobre las adaptaciones necesarias, que pueden incluir un horario limitado, más tiempo de descanso y visitas al baño, modificaciones en las tareas, las evaluaciones o las actividades del recreo, y la programación de los medicamentos., El médico puede ofrecerle consejos para hacer que este tiempo sea más sencillo.

    Cómo cuidar de su hijo

    Los padres a menudo se enfrentan al dilema de no saber cuánto le deben explicar a un hijo a quien le han diagnosticado un tumor cerebral. Aunque no hay ninguna respuesta adaptable a todos los casos, los expertos coinciden en la importancia de ser sinceros con el niño, pero también en la necesidad de adaptar los detalles de la explicación al grado de madurez emocional y la capacidad de comprensión del niño.,

    Dele toda la información que el niño necesita, pero no más de la que necesita. Y, cuando le explique el tratamiento, intente hacerlo por partes, dividiéndolo en pasos. Hablar de cada paso conforme vaya llegando (visitas a varios médicos, uso de máquinas especiales para obtener imágenes de su cerebro, necesidad de operarse) puede hacer que todo el proceso resulte menos abrumador. Si una familia necesita ayuda, los integrantes del equipo de atención de un tumor cerebral son expertos en ayudar a las familias a hablar con los niños y los hermanos.,

    Es importante tranquilizar a los niños explicándoles que el tumor cerebral no se debe a nada que ellos hayan hecho y que es normal estar enojado o triste. Escuche realmente los temores de su hijo y, cuando se sienta solo, busque apoyo. Los trabajadores sociales del hospital pueden ponerlo en contacto con otras familias que han pasado por lo mismo y tal vez tengan información para compartir. También puede conectarse con otros cuidadores o sobrevivientes del cáncer en línea.,

    Y tenga en cuenta también que es habitual que los hermanos se sientan abandonados, celosos y enfadados cuando un niño de la familia padece una enfermedad grave. Explíqueles lo que usted crea que son capaces de entender y pida ayuda a otros miembros de su familia, a los maestros y sus amigos para mantener un entorno lo más normal posible para ellos.

    Por último, y por mucho que le cueste, intente cuidar de sí mismo. Los padres que reciben el apoyo necesario son más capaces de brindar apoyo a sus hijos.,

    Revisado por: Rupal Christine Gupta, MD
    Fecha de revisión: julio de 2016

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