No podemos evitar muchos de los cambios que se producen en nuestra piel con la llegada de la menopausia, pero sí minimizarlos y retrasar así el proceso de envejecimiento. Para cuidar este órgano tan delicado, podemos utilizar ingredientes naturales que tenemos a mano para aportarle nutrientes y no ocasionarle ningún daño.
El aloe vera es una planta milenaria con infinitos beneficios y numerosas investigaciones aseguran la efectividad de sus propiedades., En la actualidad sus usos son múltiples y es habitual tanto en dietética como cosmética, aunque en este artículo nos centraremos en su uso tópico.
El aloe vera nos interesa especialmente en la menopausia por su gran capacidad de penetración en la dermis, la capa más profunda de la piel, por lo que es la planta que más nutrientes puede aportarle. Entre sus beneficios destacan:
- Repara las quemaduras gracias a sus propiedades antiinflamatorias que desinflaman las zonas dañadas.
- Su uso diario hidrata y suaviza la piel actuando como un excelente regenerador celular.,
- Debido a su alta penetración es un potente cicatrizante.
- Elimina las células muertas de la piel y favorece la salud de los tejidos.
- Protege la piel del daño generado por los radicales libres.
- Combate las irritaciones y la dermatitis, estimulando y fortaleciendo las fibras de colágeno y elastina.
- Previene y disimula las estrías.
- Además, es antiinflamatorio, así que puede usarse como gel de masaje si tenemos alguna molestia muscular.
¿Cómo aplicarlo sobre la piel?,
Es muy fácil encontrarla en tiendas de belleza, herbolarios y farmacias en múltiples formatos, pero también podemos tener un par de macetas en casa y descubrir sus ventajas directamente desde la planta. Si hemos optado por tenerla a mano, verás que es una planta que no necesita muchos cuidados y es muy fácil de utilizar. Le encanta el sol así que colócala en un sitio luminoso.
Para acceder al gel que esconde, solo tienes que cortar un pequeño trozo de la hoja y retirarle la piel y las espinas. Allí encontraremos un tejido gelatinoso y transparente., También tendremos que retirar una especie de aceite amarillo (aloina) que puede resultar irritativo.
Esta gelatina se puede aplicar directamente sobre la piel, o en la zona a tratar, por ejemplo sobre una quemadura o una herida ya cerrada. aportando múltiples compuestos nutricionales a la piel. La sensación que tendremos es de frescura y ligereza. Este método hace que sus propiedades no se pierdan y sus múltiples compuestos nutricionales actúen mejor sobre el tejido.,
Lo más recomendable es cortar la penca (hoja) completa, para lo que utilizaremos las que estén más externas a la planta, y guardar en la nevera lo que no utilicemos. También podemos hacer zumo con el resto.
Si no tenemos un aloe en casa, podremos encontrar gel puro envasado. Mirad siempre la composición para que el porcentaje de gel sea el más cercano al 100%, el gel natural es transparente así que eso puede darte una pista. También se utiliza como componente en numerosas cremas. Las mejoras pueden variar dependiendo del extracto de aloe que contengan.,
Y para el atracón de sol del verano, es el nutriente ideal. Nuestra piel nos lo va a agradecer 🙂