se sabe que la depresión es hereditaria, lo que sugiere que los factores genéticos contribuyen al riesgo de desarrollar esta enfermedad. Sin embargo, la investigación sobre la genética de la depresión se encuentra en sus primeras etapas, y se sabe muy poco con certeza sobre la base genética de la enfermedad. Los estudios sugieren que las variaciones en muchos genes, cada uno con un efecto pequeño, se combinan para aumentar el riesgo de desarrollar depresión.
determinar los factores de riesgo genéticos para la depresión es un desafío por varias razones., Es posible que lo que actualmente se considera una sola enfermedad llamada «depresión» sea en realidad múltiples trastornos con signos y síntomas similares; estos trastornos podrían tener diferentes factores de riesgo genético. Las variaciones genéticas relacionadas con la depresión también pueden ser algo diferentes entre hombres y mujeres. Los investigadores sospechan que se requerirán estudios con muchas más personas para identificar las variaciones genéticas que influyen en el riesgo de depresión.
los genes que se cree que están asociados con la depresión tienen diversas funciones en el cerebro., Algunos de estos genes pueden controlar la producción (Síntesis), el transporte y la actividad de sustancias químicas llamadas neurotransmisores, que transmiten señales químicas que permiten que las células nerviosas (neuronas) se comuniquen entre sí. Otros genes que pueden influir en el riesgo de depresión están involucrados en el crecimiento, maduración y mantenimiento de las neuronas, así como la capacidad de las conexiones entre neuronas (sinapsis) para cambiar y adaptarse con el tiempo en respuesta a la experiencia, una característica conocida como plasticidad sináptica.,
los factores no genéticos (ambientales) también juegan un papel crítico en el riesgo de una persona de desarrollar depresión. El trastorno puede desencadenarse por el abuso de sustancias, ciertos medicamentos o eventos estresantes en la vida (como el divorcio o la muerte de un ser querido). Otros factores de riesgo incluyen las dificultades en las relaciones o el aislamiento social, el desempleo, los problemas financieros y el abuso o abandono infantil. Algunas enfermedades físicas, como el cáncer, la enfermedad tiroidea y el dolor crónico, también están asociadas con un mayor riesgo de desarrollar depresión., Es probable que las condiciones ambientales interactúen con factores genéticos para determinar el riesgo general de desarrollar esta enfermedad.