Más de un millón de lesiones cerebrales traumáticas leves (TBI) ocurren anualmente en los Estados Unidos. La mayoría de estos pacientes recuperan la función completa en aproximadamente 3 meses, pero una minoría significativa no lo hace. La falta de recuperación como se espera después de un TCE leve diagnosticado o sospechado se relaciona con mayor frecuencia con un diagnóstico concurrente o un diagnóstico o afección alternativa., Durante el proceso de diagnóstico se deben considerar condiciones orgánicas alternativas (ICT grave previa o insospechada, dolor, efectos secundarios de la medicación o demencia), condiciones no orgánicas preexistentes (condiciones psiquiátricas activas o latentes, características de personalidad preexistentes o factores sociales/económicos), condiciones no clínicas (compensación/litigio, malingering) o morbilidad psiquiátrica posterior a una lesión (especialmente depresión, ansiedad, trastorno de estrés postraumático, trastorno de pánico o trastorno de conversión)., Se debe dar un cuidado escrupuloso durante la historia, el examen físico y la evaluación neuropsicológica del paciente para evaluar las posibilidades diagnósticas diferentes o contributivas; no todos los pacientes que tienen síntomas después de un golpe en la cabeza tienen una lesión cerebral traumática como único agente etiológico para sus síntomas. Un diagnóstico preciso conducirá a un mejor tratamiento y a resultados óptimos. La investigación futura debe centrarse en la identificación temprana del grupo de «recuperación lenta» para permitir un tratamiento temprano y adecuado.