los lugareños le dirán que el Malecón es prácticamente la única opción para correr en La Habana, y es, con mucho, su mejor opción. Esta pasarela de cemento se extiende por 8 km a lo largo del malecón desde La Habana Vieja en el este hasta el lujoso barrio de Miramar en el oeste. Además de la impresionante observación de la gente, las vistas al mar y la refrescante brisa marina, El Malecón es notable porque atraviesa varias plazas, cada una con un fondo fascinante que informa la historia y la política cubanas., Con una sesión a lo largo del Malecón, puede aprender sobre todo, desde el inicio de la Guerra Hispano-Estadounidense hasta la disputa de custodia cubano-estadounidense sobre el joven Eliàn Gonzàlez.
el extremo este el Malecón termina en el Castillo de San Salvador de la Punta, un castillo recientemente restaurado originalmente construido en 1589 para ayudar a proteger el canal del Puerto De La Habana. El extremo oeste se encuentra en el Torreón de Santa Dorotea de la Luna de la Chorrea, una pequeña fortaleza construida en 1762 para defender la desembocadura del Río Almendares., Dependiendo de dónde te alojes, puedes comenzar la ruta del Malecón en cualquier punto, pero la mejor forma de correr es entre el puente del Río Almendares en el oeste y la Plaza de las Armas en el este. Una ida y vuelta de La Habana Vieja puede ser de hasta 16 km. Solo asegúrese de cuidar sus pies: la acera puede ser desmenuzable y con hoyos en algunos lugares, y resbaladiza cuando hay salpicaduras de las olas.
Nota: No hay baños públicos ni agua a lo largo del Malecón