Se calcula que aproximadamente el 30% de la población ha padecido pitidos en los oídos alguna vez en la vida y cada vez son más frecuentes.
Zumbidos, ronroneos, siseos, sonido de grillos, ruido de mar, martilleo, campanilleo, pitidos… La persona que sufre acúfenos, también conocidos como tinnitus, describe de mil formas el ruido que escucha claramente en su cabeza o en sus oídos.
Puede notarlos tanto en ambientes ruidosos como en el más absoluto silencio., Es posible que los escuche solamente en un oído pero tampoco es raro que los perciba en los dos.
Qué esconde ese ruido tan molesto
Los acúfenos son un problema que resulta muy molesto y que genera desasosiego en el que lo sufre porque puede deberse a alguna patología grave.
Estos pitidos no son una enfermedad propiamente dicha, sino un síntoma que puede darse de forma aislada o asociada a otro trastorno, por eso conviene acudir al médico para descubrir qué los provoca.,
Cuando la causa tiene que ver con el oído
Si bien es cierto que los pitidos pueden surgir después de pasar un tiempo «soportando” ruidos intensos (maquinaria, música, explosiones…), también pueden darse por otros motivos:
- Por un traumatismo en la cabeza.
- Tras extraer la cera de un oído.
- Debido a una otitis externa o media.,
Una infección de oído puede provocarlo
- Como un síntoma del síndrome de Ménière (se caracteriza por el vértigo, la pérdida auditiva, la sensación de tener tapones en los oídos y los acúfenos).
- Los pitidos también pueden ser un signo de un tumor en el oído.
- O bien una primera señal de presbiacusia o pérdida de audición debida a la edad.
Cuando lo provoca otra patología
Pocas veces la causa no tiene nada que ver con los oídos., Aunque es poco habitual, pueden originar tinnitus:
- Enfermedades neurológicas como la esclerosis múltiple.
- Patologías cardiovasculares.
Un estrés mantenido o los medicamentos podrían estar detrás
- Determinados fármacoscomo los antiinflamatorios no esteroideos (si se abusa de ellos).
- Problemas cervicales o mandibulares.
- Situaciones de estrés.
- Hay casos en los que es difícil encontrar qué los produce y suele atribuirse a problemas de «riego” en el oído.,
el tinnitus afecta a la vida diaria
Es cierto que los acúfenos muchas veces son transitorios, pero también hay quien los tiene de forma permanente, algo que resulta muy molesto.
La intensidad del ruido es muy variable y puede percibirse a muy baja potencia, siendo una situación simplemente molesta. Pero si se trata de un caso severo de acúfeno, quien lo sufre puede tener serios problemas en su vida normal incluyendo dificultad para escuchar a los demás, para trabajar e incluso para dormir.,
Depende de la intensidad, pueden provocar desde irritabilidad hasta depresión
Por eso no es extraño que acabe originando problemas psicológicos: desde irritabilidad y mal humor, hasta estados de ansiedad y depresión. De todas formas, esto solo ocurre cuando los pitidos son constantes y extremadamente intensos.
Además, es lógico que la persona que lo sufre con cierta frecuencia e intensidad tema quedarse sorda, pero la realidad es que los acúfenos no provocan sordera en sí., Otra cosa es que aparezcan como un síntoma más de una pérdida de oído que puede agravarse con el tiempo.
El tratamiento para los acúfenos
Lo primero que hay que hacer es acudir al otorrinolaringólogo. Es lo más lógico ya que, aunque hay múltiples causas, lo habitual es que los provoque un problema en el oído. El médico determinará el origen de los pitidos y si no corresponde a su especialidad te derivará a otro facultativo. Normalmente, atajando el trastorno que los origina desaparecen los acúfenos.,
Existe la posibilidad de operar, pero la cirugía no siempre es la solución al problema. Es verdad que se pueden extirpar ciertas malformaciones arteriovenosas cerebrales que originan tinnitus. También se operan trastornos como la otosclerosis (afecta al hueso del oído) que acaban en sordera. Pero hay que tener en cuenta que otras muchas causas no son operables.
Terapias que ayudan a convivir con ellos
- Tratamiento con fármacos., El médico puede recetar medicamentos como la pregabalina, la gabapentina y la mirtazapina para aliviar el trastorno, pero cuando no se descubre nada importante que lo provoque ni tampoco desaparece por sí solo, no queda más remedio que aprender a convivir con él.
- Terapias para tolerarlos mejor. Las terapias de habituación al acúfeno o terapias de reentrenamiento buscan «no prestar atención al ruido aun teniéndolo” y se realizan en centros especializados. El objetivo es aprender a tolerarlos y evitar consecuencias como la ansiedad, la depresión, el mal carácter, el insomnio…,
Evita todo aquello que los agrava
- El estrés. Muchas veces la propia ansiedad y el estrés generan más «pitidos”. Ten en cuenta que si no les prestas atención pueden ser menos intensos e incluso no percibirse hasta que vuelves a fijarte en ellos. Las terapias de relajación pueden resultar de gran ayuda en estos casos, sobre todo si tienes una tendencia nerviosa.
- Los ruidos muy fuertes empeoran los acúfenos por lo que hay que usar protección (auriculares o tapones específicos) si se va a estar expuesto a ruidos muy intensos, ya sea música, maquinaria…,
- El tabaco y la cafeína. Deben evitarse porque pueden agravar el trastorno.
- Los fármacos como el ácido acetilsalicílico, los antiinflamatorios y algunos antibióticos pueden empeorar el síntoma, por lo que deben tomarse bajo control médico siempre.